En este libro encontrarás: una historia de amor de las de antes, una biblioteca en la que querrás perderte, ese clima literario que tanto amamos lo que amamos leer.
En el pasado, toda jovencita de buena familia en edad de comprometerse tenía que estar precisamente pensando en eso: en buscar a un buen partido con el que formar una familia. Pero, ¿qué pasaría si nos encontráramos con una que en vez de preocuparse en casarse pensara solo en leer todo el día? ¿No creen que sería muy feliz en una biblioteca? ¿Y si el bibliotecario fuera un gruñón? ¿Conseguirían llevarse bien? La respuesta a estas y a muchas otras preguntas las encuentrarán en «La biblioteca de los sueños imposibles» de Lin Rina.
1890, Inglaterra. Animant Crumb es una joven de diecinueve años de buena familia harta de que su madre le busque pretendientes. Animant solo quiere leer durante todo el día sin que nadie la moleste. Por eso, cuando su tío le propone alojarse en su casa de Londres durante un mes y trabajar mientras tanto en la biblioteca de la universidad, la joven ni se plantea las consecuencias. Una vez en la biblioteca, sin embargo, tendrá que lidiar con Thomas Reed, el malhumorado bibliotecario, un hombre con algún que otro secreto y muchos conocimientos sobre el mundo de los libros. ¿Conseguirán llevarse bien los dos?
Animant, la narradora y protagonista de esta novela de corte sentimental con algún que otro guiño al feminismo es una joven amante de los libros poco preocupada por casarse. Incapaz de soportar la presión de su madre, obsesionada con encontrarle un marido, viaja a Londres para quedarse durante un mes en la casa de su tío. Allí se convertirá en la ayudante del bibliotecario Thomas Reed, un hombre de carácter extraño con el que Animant, Ani para los amigos, acabará teniendo más de una discusión.
En Londres Animant no solo conocerá al personal de la biblioteca, sino también al apuesto Winston Boyle, tal vez el hombre que conquiste el corazón de nuestra gran lectora. También encontrará una buena amiga en la figura de Elisa Hemmilton, una estudiante universitaria que ansía tener acceso a los libros de la biblioteca, solo al alcance de los estudiantes varones.
He disfrutado mucho del libro, en general. Sobre todo de las páginas que se suceden entre la presentación de la historia y la conclusión de la misma, que son la mayoría.
Ese recorrido que vivimos, que además está muy bien estructurado en cuanto a capítulos, es emocionante y amable y simpático y acogedor.
Y a veces uno no necesita nada más que eso para coger el libro y sostenerlo contra el pecho y pensar: te quedas conmigo, me quedo contigo.