Tenía que pasar es una comedia romántica. Y hablo de comedia porque las cosas que les sucederá a Frank provocarán que el lector quiera conocer a este protagonista tan especial. Se tratan de unas 346 páginas. Nada más abrir el libro, nos encontraremos con un índice, en el cual podemos ver que esta historia tiene 37 capítulos, divididos en cuatro partes. Frank nos cuenta que tiene dos nombres, Frank Li es el primero y Sung-Min Li, el segundo. A partir de esta aclaración comienza a contar cómo es su familia, sus amigos y su entorno. Sus padres tienen una tienda, en la cual no quieren que éste trabaje porque desean que Frank estudie en la Universidad.
El único deseo de sus progenitores es que encuentre a una chica que sea coreana como ellos. Pues a simple vista piensan que sería más fácil a la hora de comunicarse con su futura nuera y sus consuegros. Es en este punto donde aparece Brit Mens, una compañera de clase. Poco a poco comienza a nacer algo entre ellos. ¿El problema? Que Brit no es coreana y sus padres se darán cuenta. Y aquí, personalmente, comienza la trama. Es una historia que desde un primer momento me supo a poco, pero, conforme avanzaba, me enganchaba más. Tiene todos los ingredientes para que esta historia sea llevada a la gran pantalla.
Yoon aborda temas complicados, como la descendencia, las familias que luchan por seguir la historia, que no compartan la vida con otra persona que no sea como ellos. Un pensamiento racista que, por desgracia, es actual en nuestros días. Tras avanzar en la lectura, podemos conocer cómo es la cultura coreana, de la que no sabía nada.