La obra maestra de la literatura colombiana y probablemente una de los libros más conocidos de la literatura latinoamericana. Inscrita dentro del boom latinoamericano, convirtió a su autor, Gabriel García Márquez, en un icono del realismo mágico.
El boom latinoamericano nace durante un periodo muy afligido de la historia. Europa luchaba contra los estragos de dos desgarradoras guerras, y Latinoamérica vivía las consecuencias de la convulsa política regional. Las dictaduras, las revoluciones y los levantamientos sociales eran cosa cotidiana.
La literatura se veía afectada en muchos sentidos por este contexto. Los autores latinoamericanos, en su mayoría, defensores de los valores humanos, combatían en todos los planos las dictaduras y los gobiernos nefastos, lo que frecuentemente los obligaba a vivir en el exilio. La literatura latinoamericana empezó a entenderse, entonces, como vanguardia artística y política.
La técnica literaria etérea y experimental y las situaciones u objetos surreales y maravillosos empezaron a plagar las letras en Latinoamérica y el Boom latinoamericano catapulto el realismo mágico como fuente inagotable de las historias de la región. Gabriel García Márquez fue su mayor exponente y reformulo la idea de que las letras latinoamericanas solo escriban poemas y cuentos.
García Márquez y el realismo mágico encumbraron la literatura latinoamericana al olimpo literario con novelas que se convirtieron clásicos universales.
Lo real maravilloso
Alejo Carpentier, reconocido escritor cubano, decía en lo que se refiere al realismo mágico en Latinoamérica que: “Aquí lo insólito es cotidiano, siempre fue cotidiano”. Lo describía como una forma natural de la idiosincrasia de los países suramericanos de entender la realidad.
La idea cultura latinoamericana está plagada de sincretismo religioso y místico, y esta característica se refleja en la aprehensión que tenga de los sucesos de la realidad. El realismo mágico juega con esta idea, y combina la idea de una realidad inexorable que convive con situaciones surreales, y situaciones reales y concretas que los personajes deciden interpretar de forma mística e irreal.
Cien años de soledad está plagada de sucesos insólitos, irreales, creencias místicas e interpretaciones populares de objetos y hechos reales. Los personajes pocas veces reaccionan sorprendidos ante estos sucesos porque sus vidas han transcurrido siempre en torno a este tipo de situaciones. En el proceso argumentativo de la novela, lo maravilloso forma parte de la realidad cotidiana, y no requiere esclarecimiento. Esta idea fue transgresora en su momento y fue parte del éxito de la novela, la corriente literaria y el suceso editorial latinoamericano.
La historia real, leyendas y olvido
Cien años de soledad, y Macondo son un recorrido por etapas de la historia latinoamericana moderna. La mano lucida de Márquez supo descifrar los más terribles males que plagan la cultura latinoamericana: el olvido y la memoria.
Los eventos y sucesos en el libro – y en la historia de la región- están dotados siempre de un halo de misterio, donde la realidad se funde con los dichos populares, donde el gobierno de turno despedaza un hecho histórico y lo reimagina a su antojo.
Por otro lado, el olvido hace estragos en esa memoria colectiva de la historia, y es que muchas veces el olvido es el escape de mentes agobiadas por los recuerdos, y en otras la forma más segura de resguardar sus vidas.
Macondo construye un espacio donde generaciones de un árbol familiar pueden cohabitar: Y en este lugar encontramos más características culturales de las familias latinoamericanas.
Márquez hilo muy fino en su entendimiento de las dinámicas familiares a través del paso del tiempo: los prejuicios, obligaciones, valores y sueños de esta familia se ven trastocados por ese inevitable paso a la memoria y olvido que es eje transversal del argumento.
La política, que influye enormemente en la memoria y olvido de los personajes y sucesos, en la historia – y en la realidad latinoamericana-.
Los enfrentamientos históricos entre los liberales y conservadores en la Colombia de Marqués (que también podrían verse en la mayoría de los países de la región) enmarcan la realidad y el contexto en el que la familia se desenvuelve y determina sus sueños, ambiciones y por lo general, su muerte.
El recorrido de la novela no es más que el paso de la tradición a la modernidad visto desde la periferia, en un pueblo rural.
Cien años de soledad es un microcosmos en el que Márquez despliega la imagen de la realidad que su origen le da, las observaciones sociales que su experiencia le ha permitido recoger y al mismo tiempo se convierte en un recorrido por la historia contemporánea de la región, todo en un discurso bellamente construido de símbolos, anécdotas y misticismo.
