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Surrealismo literario

Surrealismo literario

El surrealismo se propuso transformar el mundo literario al plasmar en él al mundo onírico. Los surrealistas están convencidos de que las alucinaciones, los sueños y el arte están todos íntimamente ligados.

Este movimiento abandera la vanguardia literaria, y más que imágenes e ideas creativas, generó toda una estética artística, cuyo lenguaje, técnica y estructuras han influido en todas las expresiones artísticas.

Escritura autómata, ¿alocada o acertada?

Las consecuencias sociales de un extenso periodo bélico, las restricciones sociales y la tecnología asombrosa que empezó a repuntar con el cambio del siglo XIX al siglo XX son las principales motivaciones del nacimiento de esta vanguardia.

Los surrealistas tienen predecesores naturales como Apollinaire, el movimiento Dadaísta o Duchamp, Ducasse y Artaud. Pero el manifiesto surrealista de Breton se considera oficialmente el nacimiento del movimiento.

Dentro de las propuestas del manifiesto surrealista encontramos la escritura automática o autómata. Como parte del estilo novedoso que proponían, la reformulación de la técnica escritural es una de las premisas más disruptivas. Escribir todo lo que fantaseas o las ideas sin ningún esmero racional; dejar fluir la conciencia sin tamizar nuestras imágenes por el filtro de las normas sociales o morales. Incluso, la escritura automática insistía en no necesitar el tamiz de las convenciones estilísticas. 

Recordemos que el surrealismo fue una corriente artística que comenzó a través de la expresión literaria, pero termino abarcando todas las artes. Por eso, la escritura automática se convirtió en el proceso creativo automático para la pintura, música o cine. Este proceso de creación se volvió bastante popular, y aun hoy en día, es bastante usado por los artistas de las nuevas generaciones.

La idea de la escritura autómata parece bastante acertada, aunque los enfoques críticos aseguran que la objetividad (el pensamiento sin ideología, alienación, o influencia social) realmente no existe. Por lo tanto, la crítica filosófica considera que la escritura automática es un intento de desvincularse del sistema de pensamiento tradicional e impuesto socialmente, pero realmente no es la expresión del subconsciente, ni está libre de la influencia de nuestros sistemas de creencias o valores.

La generación del 27

La generación del 27 fue un grupo de artistas españoles, en su mayoría, que, influenciados por el movimiento fundado en Francia, se apropiaron de la escena artística hacia el final de la década de 1920.

Los autores españoles sembraron y reprodujeron la estética y las doctrinas surrealistas exitosamente, convirtiéndose en iconos del movimiento. Federico García Lorca, Salvador Dalí, Luis Buñuel son tres de los máximos representantes de esta corriente literaria pertenecientes a este grupo.

Aunque pueda creerse que el grupo estuvo integrado enteramente por españoles, lo cierto es que muchos autores de diversas nacionalidades estuvieron involucrados con este conjunto.

Autores como Jorge Luis Borges, Pablo Neruda y Vicente Huidobro fueron esenciales para el reconocimiento de este movimiento. Muchas mujeres también participaron del grupo y propiamente en la corriente. Aunque es ampliamente reconocido que La Generación del 27 fue poco propensa a impulsar artistas mujeres, más allá de usarlas como “musas”.

Pocas mujeres alcanzaron a ser aceptadas canónicamente como parte del grupo por sus integrantes; y a quienes hoy reconocemos como mujeres surrealistas generalmente han sido recuperadas del olvido por la historiografía. Leonora Carrington, Alejandra Pizarnik, Frida Kahlo y otras genialidades femeninas han sido reconocidas por el arte en las últimas décadas.

Aunque la Generación del 27 es la más canónica representación del movimiento surrealista, y aunque la vigencia del movimiento se ha vuelto más intensa en el arte visual, esta corriente literaria tiene excelsos exponentes actuales.

Haruki Murakami, el surrealismo contemporáneo

Murakami es uno de los exponentes más exitosos del surrealismo actual. Desde hace más de 30 años ha venido perfeccionando su estilo y su técnica volviéndose una “locura» coherente, y envolvente.

Pinball, el segundo libro de su Trilogía de la rata, y una de sus obras más reconocidas. La trama emplea contextos surrealistas, conduciéndonos de la mano y poco a poco a situaciones y objetos místicas, manteniendo siempre el ojo en la idea central.

El uso del humor maduro y lo absurdo son características que le han hecho merecedor de numerosas nominaciones al nobel de literatura.

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