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Reseña: Los fuego de otoño

Reseña del libro: Los fuegos de otoño, Irène Némirovsky

Buenos días lectores, hoy les quiero presentar una novela de una escritora que dejó marcado su paso en la literatura. «Los fuegos de otoño«, obra póstuma de Irène Némiroysky. Esta ha sido para mí su primer novela y me dejó la gana de seguir investigando su larga trayectoria de obras muy aclamadas por la crítica.

La novela está divida en tres parte históricas relevantes: 1912-1918, 1920-1936, 1936-1941. Se desarrolla entre las dos principales guerras mundiales en Francia. Los protagonistas son varios, pero los principales donde se entrelazan los eventos son Martial, Thérese y Bernard con sus respectivas familias. 

La historia comienza con la descripción de una sociedad burguesa que vive en París más o menos tranquilamente. Martial es el mayor de los tres, está terminando sus estudios para convertirse en médico, sueña con casarse y abrir un estudio donde pueda especializarse en nariz-boca-oídos. Se enamora de Thérese, huérfana de madre y que con solo dieciocho años accede a casarse con él en el verano de 1914. Pero estamos en julio y la Gran Guerra está a punto de estallar: Bernard, tiene la misma edad de Thérese y quiere luchar por su patria esto lo impulsa en alistarse en el ejército. Martial, por su parte, después de un matrimonio rápido y una sola noche con Thérese, se dirige al frente como médico.

En 1918, una vez terminada la guerra, todos están de regreso, excepto Martial, que murió en un bombardeo y que dejó a Thérese viuda muy joven. Bernard ha cambiado profundamente después de cuatro años de guerra, se ha vuelto cínico, ha crecido demasiado rápido sin madurar realmente y ahora siente una especie de desilusión con el mundo que lo rodea y los grandes ideales de la sociedad. Ahora solo quiere divertirse con el dinero ganado y las mujeres.

Y aquí reaparece Teresa, enamorándose de su amigo de la infancia Bernard, le gustaría poder quedarse con él como esposa, darle hijos; este matrimonio tendrá lugar solo en los años veinte. Pero Bernard se ha lanzado en relaciones turbias como comerciante de repuestos de aviones estadounidenses en Francia y que actúa como figura decorativa de un político corrupto, se ha acostumbrado al lujo, la ostentación y sobre todo las hermosas curvas de la esposa de su amigo. El vínculo entre él y Thérese sufre contratiempos, que incluyen traiciones, ruina financiera e hijos que crecen sin su presencia.

Y cuando las cosas parecen ir mejor, el espectro de Hitler y la Segunda Guerra Mundial cae sobre nuestros protagonistas, quienes tendrán que afrontar duras pruebas para sobrevivir y no perder nunca la esperanza de encontrarse.

Las heroínas de Némirovsky son testarudas, actúan por el bien de los demás y de la familia, nunca pierden la esperanza y afrontan la guerra, otro gran tema que hemos aprendido a afrontar en sus novelas con gran valentía. Teresa no se rinde ante las traiciones, soporta el comportamiento de Bernard, no se deja desanimar y afronta el sufrimiento con gran entereza.

«¿Ves? —le decía—. Son los fuegos de otoño. Purifican la tierra; la preparan para las nuevas semillas. Vosotros aún sois jóvenes. Esos grandes fuegos aún no han ardido en vuestras vidas. Pero se encenderán. Y devorarán muchas cosas. Ya lo veréis, ya lo veréis…»

Bernard, por otro lado, es un hombre que personalmente encontré insoportable. Representa a la generación de jóvenes que han sido enviados a luchar, todavía demasiado inexpertos para afrontar la vida y las secuelas de la guerra, pero que una vez acabada esta, después de todo lo que han visto, han buscado la forma más fácil de enriquecerse. Representa una generación de hombres cansados ​​y perezosos, una generación que es derrotada cuando la guerra estalla de nuevo y muchos se ven obligados a luchar de nuevo o ver a sus hijos hacerlo. Una generación que entiende que no ha aprendido del pasado y que ha sentado las bases, con su comportamiento, para el nuevo conflicto. 

El título de esta novela es muy emblemático: los campesinos en otoño encienden grandes fuegos en los campos cosechados para depurar la tierra y prepararla para nuevas cosechas y las dos guerras mundiales son como grandes hogueras que abruman y cambian la vida de Teresa y sus hombres.

En fin, Némirovsky toca tantos temas con tanta profundidad e inteligencia en cada una de sus novelas que es imposible ir desgranándolos todos. Y además no hace falta. Tras la lectura de estos fuegos de otoño he respirado una vez más, feliz y agradecida, por poder seguir leyendo la prosa asombrosa, llena de dolor y humanidad, de una gran escritora de todos los tiempos.

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